La restauración de fachadas es una necesidad para edificios, viviendas y todo tipo de construcciones. Como ya hemos dicho, con el paso del tiempo se deterioran. Las fachadas son la piel de las construcciones. Tienen el papel de proteger el inmueble y es una de sus partes más importantes que se expone a todos los factores externos que la dañan.
Una fachada con condiciones pésimas, no solo afecta su parte estética y las paredes, también generan problemas como:
- Hundimiento, en especial en las regiones húmedas.
- Pérdida de estanqueidad y calefacción.
- Condensación.
Cómo ves, las fachadas van más allá de lo estético, es fundamental mantenerlas en buen estado. De esta forma, se garantiza la seguridad y el confort de los habitantes de dicho inmueble.
Muchas viviendas y edificios se encuentran deteriorados y necesitan de manera urgente una restauración en sus fachadas para que luzcan más atractivas y den un valor estético. Es relevante recordar que estos son aspectos que influyen en la calidad de vida de las personas que habitan el lugar.
Intervenir las fachadas también revalorizan de manera considerable el valor de las infraestructuras, convirtiéndolas más atractivas a la hora de alquilar o vender. Un aspecto importante que debes de tener siempre presente es que, el proceso de restauración de una fachada no hay que dejarlo para después.
Esto se debe llevar a cabo tan pronto como se presente el problema, ya que, de lo contrario, el deterioro se puede ir agudizando y se puede dificultar e incluso imposibilitar el proceso de rehabilitación.
Otra de las razones que hay para hacer una restauración de fachadas es que puede modernizarse para reducir el consumo energético.
Una vivienda moderna cuenta con mayor aislamiento en fachadas y paredes, lo que provoca un menor consumo de energía eléctrica en artefactos como el aire acondicionado o la calefacción, ya que, mantienen mucho mejor la temperatura.